Cómo influye la actividad física en tu cuerpo

Imaginemos a dos personas, Ana y Beatriz. Ambas tienen los mismos hábitos alimenticios: comen de manera equilibrada, con una dieta rica en frutas, verduras, proteínas y carbohidratos complejos. Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre ellas: Ana no hace actividad física, mientras que Beatriz sí realiza ejercicio regularmente. A lo largo de un año, esta diferencia tendrá un impacto significativo en sus cuerpos, incluso si sus hábitos alimenticios son idénticos.

Ana, sin actividad física

Ana, al no practicar deporte, no estimula de manera suficiente su sistema cardiovascular ni sus músculos. Aunque su dieta es sana, su cuerpo no está recibiendo el estímulo necesario para mantenerse en forma. Después de un año sin hacer ejercicio, es probable que Ana experimente una disminución en su masa muscular, ya que sus músculos no se ven desafiados a crecer ni a mantenerse fuertes. Esto puede llevar a una mayor fatiga en su día a día y una sensación general de debilidad.

A nivel cardiovascular, su corazón y pulmones no están siendo entrenados, lo que podría resultar en una menor capacidad para realizar actividades físicas sin sentirse exhausta. Además, la falta de ejercicio afecta negativamente al metabolismo, lo que podría llevarla a tener más dificultades para mantener su peso o incluso ganar algo de grasa, a pesar de seguir una dieta equilibrada. La falta de actividad física también aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, hipertensión o problemas cardíacos a largo plazo.

Beatriz, con actividad física

Por otro lado, Beatriz, que hace deporte de manera regular, está estimulando su cuerpo de una forma completamente diferente. Gracias al ejercicio, su masa muscular se mantiene o incluso aumenta con el tiempo. A lo largo del año, es probable que Beatriz vea cómo su fuerza y resistencia mejoran, lo que le permitirá realizar actividades cotidianas con mayor facilidad y energía. Su metabolismo también se mantiene activo, lo que facilita el control de su peso y ayuda a mantener una buena composición corporal, es decir, más músculo y menos grasa.

Además, el ejercicio regular mejora la salud cardiovascular. Beatriz tiene un corazón más fuerte, con un mayor rendimiento en actividades aeróbicas, y una circulación sanguínea más eficiente. Esto también reduce el riesgo de enfermedades crónicas. En el aspecto mental, Beatriz experimenta la liberación de endorfinas, lo que contribuye a una mayor sensación de bienestar, menos estrés y una mejor calidad del sueño.

Resumen

Aunque tanto Ana como Beatriz sigan una dieta equilibrada, la diferencia en su nivel de actividad física marcará una clara distinción en su bienestar físico y mental al final del año. Mientras que Ana podría ver algunos efectos negativos, como una disminución en su energía y ser más propensa a enfermedades, Beatriz experimentará mejoras notables en su salud, fuerza y estado de ánimo gracias al ejercicio regular.